La pregunta de hoy de un padre al que un orientador ha negado la AACC de su hijo supuestamente a causa de su «rigidez cognitiva» era  

 ¿Qué es la rigidez cognitiva?

 
La flexibilidad cognitiva es la capacidad mental para cambiar de pensamiento alrededor de dos conceptos diferentes y pensar en múltiples conceptos de forma simultánea. Esta es, precisamente, una de las características de las AACC, puesto que las altas capacidades intelectuales, especialmente la superdotación intelectual, se caracterizan por poseer lo que la psicología denomina un “pensamiento divergente”.
 
 

El pensamiento divergente o pensamiento lateral, consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades creativas y diferentes para la resolución de un problema.

 

Se puede incluir el pensamiento divergente dentro del pensamiento creativo, relacionado más con la imaginación que con el pensamiento lógico-racional. La noción fue acuñada por el psicólogo maltés Edward De Bono, quien afirmó que el pensamiento divergente es una forma de organizar los procesos de pensamiento a través de estrategias no ortodoxas.  El objetivo, pues, es generar ideas que escapen de las líneas de pensamiento habitual.  Para De Bono, el pensamiento lateral puede desarrollarse con el entrenamiento de técnicas que ayuden a mirar un mismo objeto desde diferentes puntos de vista. El pensamiento divergente supone un motor de cambio personal y social ya que aporta nuevas respuestas a problemas conocidos. El psicólogo maltés reconoce tres grandes tipos de obstrucciones del pensamiento: la falta de información, el bloqueo mental y el peso de lo obvio. Este último caso, cuando lo obvio del problema impide advertir una mejor opción, puede ser superado a través del pensamiento divergente.

 

A pesar del cierto desacuerdo en la literatura psicológica acerca de cómo definir la flexibilidad cognitiva operativamente, algo en común en todas las teorías es que la flexibilidad cognitiva es un componente de la función ejecutiva.  La investigación sobre esta materia, se ha realizado, principalmente, con niños en edad escolar, habiendo demostrado que la capacidad de una persona para cambiar entre los distintos modos de pensamiento y de pensar de forma simultánea sobre varios conceptos, es un componente fundamental del aprendizaje; sin embargo, las diferencias individuales en la flexibilidad cognitiva son evidentes durante toda la vida.

Hablar de flexibilidad mental es hablar de cambio y evolución. Implica ajustarnos a un plan determinado, el nuestro propio o saber adoptar los comportamientos más adecuados a cada situación, en una constante interacción entre los condicionantes contextuales y nuestras propias preferencias personales; por contra, la rigidez mental se manifiesta en una incapacidad o menor capacidad para realizar este tipo de cambios y suele manifestarse, por ejemplo, en personas que padecen TDHA o trastornos del espectro autista como el anteriormente llamado Síndrome de Asperger.

 

Las medidas psicológicas de flexibilidad cognitiva incluyen la tarea A-no-B, Tarjeta Dimensional de cambio de tarea, Tarjeta de clasificación múltiple de tarea, Tarjeta de Winsconsin, Test de clasificación, y la Prueba de Stroop.

 

Las imágenes de Resonancia Magnética de investigación funcional (fMRI) han demostrado que ciertas regiones específicas del cerebro se activan cuando una persona se involucra en tareas flexibilidad cognitiva. Estas regiones incluyen la corteza prefrontal (PFC), los ganglios basales, la corteza cingulada anterior (ACC), y la corteza parietal posterior (PPC). Los estudios realizados con personas de diferentes edades y con déficits particulares han informado cómo se desarrolla la flexibilidad cognitiva y los cambios que se pueden observar dentro del cerebro, asimismo, los estudios realizados mediante neuroimagen ((fMRI) sobre los niños superdotados muestran que éstos aprenden más rápida y eficientemente que otros, presumiblemente, gracias a las diferencias neurofisiológicas que afectan la eficiencia neuronal de sus cerebros, siendo ya numerosos los estudios de neuroimagen que apoyan esta conjetura.

 

Los sujetos dotados tienen una mayor interconectividad entre diferentes áreas de su cerebro, cuya coordinación e integración está apoyada por áreas corticales frontales precozmente desarrolladas.  Este hecho apoya que dispongan de una serie de habilidades neuro-cognitivas de alto nivel, incluyendo una capacidad ejecutiva mejorada junto con una memoria de trabajo más eficaz. Estas Las funciones neurobiológicas precozmente desarrolladas se combinan para disponer de una inteligencia creativa, que es una de las características centrales de la superdotación general, un rápido procesamiento de la información, un mayor control cognitivo y un deseo de disponer y entrelazar las diferentes perspectivas de la información.


El porqué algunos psicólogos o profesionales de la pedagogía pueden llegar a relacionar algo como la rigidez mental con las AACC se debe, posiblemente, a que otra de las características de las personas superdotadas es la intensidad o Sobreexcitabilidad Intelectual que diría KazimierzDąbrowski.

 

La sobreexcitabilidad es una intensidad innata que indica una mayor capacidad para responder a los estímulos, que, por lo anteriormente expuesto, se encuentra en mayor medida en las personas creativas y con talento.  Las sobreexcitabilidades se expresan en una mayor sensibilidad, mayor conciencia y mayor intensidad, y representan una diferencia real en el tejido de la vida y en la calidad de la experiencia. Dabrowski identificó cinco áreas de intensidad -psicomotora, sensible, intelectual, imaginativa y emocional-. Una persona puede poseer una o más de estas sobreexcitabilidades. “Aquél que manifiesta diversas formas de SE ve la realidad de una manera diferente, más fuerte y desde más puntos de vista” (Dabrowski, 1972, p. 7), aunque “experimentar el mundo de esta manera singular lleva consigo grandes alegrías y grandes frustraciones”.

El psiquiatra y psicólogo polaco observó que una innata capacidad/inteligencia combinada con sobreexcitabilidad (SE) eran predictores de un alto potencial de desarrollo, pero es importante destacar que no todos los individuos dotados o superdotados tienen sobreexcitabilidad en todas las áreas que describe este autor, sin embargo, sí que encontramos más personas con SE en la población superdotada que en la población normal.

Dentro de las sobreexcitabilidades, la SE intelectual se muestra como una marcada necesidad de buscar el entendimiento y la verdad, de adquirir conocimientos, así como de analizar y sintetizar (Dabrowski & Piechowski, 1977; Piechowski, 1979, 1991). Aquellas personas con alta SE intelectual tienen mentes muy activas. Son intensamente curiosos, a menudo, lectores ávidos y, por lo general, observadores agudos. Otras características pueden incluir disfrutar de una planificación elaborada y tener una memoria visual muy detallada. Las personas con SE Intelectual aman la teoría, el pensar sobre el pensamiento y el pensamiento moral. Este énfasis en el pensamiento moral a menudo se traduce en una gran preocupación por las cuestiones morales y éticas, las injusticias, la falta de respeto por los niños, o, en el caso de los menores de AACC, el preocuparse por temas de “adultos”, tales como el SIDA, las personas sin hogar, la muerte o la guerra.


Las personas SE Intelectualmente también son bastante independientes de pensamiento, “piensan por sí mismas”, tal como me manifestó una vez un profesor en relación a mis hijos, no curiosamente, como una cualidad de éstos sino como crítica, y pueden parecer inflexibles e impaciente con otras personas que no pueden sostener su ritmo intelectual. Son capaces de concentrarse, de emprender un esfuerzo intelectual prolongado y son tenaces en la resolución de problemas, o pueden entusiasmarse tanto con una idea, un proyecto, una afición,… que se abstraigan de cualquier otra cosa, lo que les puede llevar a mostrarse obsesivos o intensos hasta que encuentran la clave o el manejo total de un problema o de un área del conocimiento que les motive especialmente.

 

Son esta especie de intensidad u “obsesión intelectual” cuando dan con un tema de su interés o su “claridad mental crítica” ante un problema que los demás no comprenden, lo que puede ser malinterpretado como “rigidez mental” por aquellas personas no avezadas en distinguir las características de las AACC, y lo que les puede llevar a dar un diagnóstico erróneo como TDHA o un trastorno del espectro autista tal como el Síndrome de Asperger.

A lo largo del texto he enlazado con bibliografía sobre este tema, aunque también podéis consultar los siguientes artículos: